Los Sindicatos de Inquilinas del Estado Español hemos registrado una Proposición de Ley para modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) con el objetivo de regular los alquileres temporales y de habitación con el apoyo de Podemos, Sumar, BNG, ERC y EH Bildu. Esta iniciativa responde a la necesidad urgente de limitar la especulación que se lleva a cabo con este tipo de alquileres debido a la absoluta desregulación que tienen.
En los últimos años, hemos observado cómo muchos propietarios utilizan los alquileres temporales y habitaciones para esquivar las escasas restricciones a la especulación que establece la Ley de Vivienda. Esto está generando la vulneración de derechos de los inquilinos, pero sobre todo, la expulsión masiva de inquilinas a quien se les termina el contrato de alquiler para desviarlo al mercado temporal o de habitaciones, con la consecuente reducción de oferta de alquiler residencial. Durante la negociación de la ley Vivienda el PSOE desoyó a los Sindicatos y se negó a regular este tipo de alquileres, aunque reconoció la necesidad de hacerlo a posteriori. Para ello, el Ministerio de Vivienda creó un grupo de trabajo que opera de forma inefectiva y pretende simular un falso consenso e implementar una reforma cosmética e ineficaz. Un año después de la aprobación de la ley vivienda, vemos cómo la regulación de los alquileres temporales y de habitaciones es más urgente que nunca para evitar la desestabilización del mercado y que los especuladores cometan fraudes de ley.
Una reforma urgente para tapar los agujeros de la Ley ViviendaLa falta de regulación de los alquileres temporales y de habitaciones se ha convertido en un incentivo para que rentistas y especuladores expulsen a los inquilinos de toda la vida y desvíen los alquileres de uso residencial hacia estas opciones donde pueden eludir las protecciones ofrecidas por la LAU y enriquecerse más. Son protecciones básicas como la prohibición de cobrar honorarios de inmobiliaria, la prohibición de aplicar gastos extras o la limitación de precios en zonas tensionadas, como sucede en Cataluña. Tantos son los incentivos para los especuladores que la oferta de alquileres temporales que se pueden encontrar en portales inmobiliarios en algunos barrios de Barcelona, supera el 90% de los anuncios. Por otro lado, la creciente necesidad de alquilar habitaciones para aquellos que no pueden permitirse alquilar un piso completo, y la total falta de regulación de este tipo de contratos, desprotege de forma desproporcionada a miles de inquilinos. Entre estos colectivos se encuentran jóvenes, migrantes y otros grupos en situación de precariedad. La LAU no contempla este tipo de alquileres de forma intencionada, y no contempla ningún derecho ni ninguna regulación de tiempo, precio o obligaciones para el arrendador. Tanto los contratos temporales como los de habitaciones están desestabilizando el mercado del alquiler y causan inestabilidad residencial, incertidumbre, desprotección y angustia sobre millones de inquilinos. Crean una escasez artificial: si siempre estás a punto de perder tu vivienda, estás constantemente buscando otra, lo que incrementa la competencia entre inquilinos. Los pisos quedan atrapados en una lógica de revalorización que impide vivir de forma estable, obligando a una continua movilidad. Desincentivar los alquileres temporales y proteger los alquileres de habitacionesLa propuesta de modificación de la LAU presentada por los Sindicatos de Inquilinas incluye las siguientes medidas clave: Equiparación de derechos: Los inquilinos con contratos temporales tendrán los mismos derechos que aquellos con contratos de vivienda habitual. Esto incluye la prohibición del cobro honorarios, limitación de la cuantía de la fianza y la aplicación de los límites de precio del alquiler en zonas de mercado tenso. Presunción de habitualidad: Si el propietario no puede demostrar que el inquilino tiene otra vivienda principal, se presumirá que el contrato es de vivienda habitual, extendiendo su duración a 5 o 7 años según corresponda. De esta forma se protege la estabilidad de los inquilinos y se evita la expulsión o la subida del alquiler cada ciertos meses. Conversión automática: En el momento en que el propietario renueve el contrato de alquiler temporal al mismo inquilino, este pasará automáticamente a ser un contrato de arrendamiento habitual, con una duración de 5 o 7 años. Vincular los contratos de habitación a los derechos de los inquilinos que se aplican a los contratos de vivienda habitual para que esta forma no haya ningún incentivo para elegir esta modalidad, se evite la incertidumbre en los plazos a los arrendatarios y se aplique la regulación de precios del alquiler en las zonas de mercado tenso. Estas medidas buscan proteger los derechos de los inquilinos, acabar con el fraude de ley y promover que el parque de alquiler responda a las necesidades de la población que vivimos y habitamos de forma estable en nuestros barrios y ciudades. Mientras el Gobierno permite a la patronal inmobiliaria seguir especulando a través de las subidas abusivas, las expulsiones en masa y la conversión de las viviendas pisos temporales o turísticos, ciudades de todo el Estado salen a las calles a denunciar este modelo. Los Sindicatos de Inquilinas, seguiremos organizándonos finca a finca y barrio a barrio hasta garantizar que la vivienda es para vivir y no para especular.
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